Cuantos de nosotros hemos comprado
un libro o quizás leído uno de internet o quizás escuchado un audio-libro con
expectativas de que ese libro haría una diferencia en nuestra vida en algún
espacio en particular. Quizás en nuestro desempeño laboral, o en nuestra
economía o en nuestro modo de relacionarnos con nuestra pareja, o quizás con
nuestros hijos. O quizás buscábamos cambiar
nosotros, tal vez un aspecto de nuestra vida que nos traía problemas, o un
hábito que no nos gustaba o un espacio en que nos considerábamos muy buenos
pero queríamos esforzarnos en lograr más o ser más o dar más.
Pero luego de la lectura, quizás algunas
veces, logramos algunos cambios, tal vez
los mantuvimos en el tiempo, tal vez no… puede que la lectura haya hecho un
impacto en nosotros pero no pasó del asombro del momento.
En lo general, son pocas veces las
que las personas consideran que un
libro, un seminario, un video, etc. cambia sus vidas. Son pocas veces en relación
a las potenciales oportunidades de que eso suceda. ¿Y qué es lo que hace la
diferencia? ¿Qué marca el paso del asombro momentáneo a juzgar que eso fue una bisagra
en nuestra vida?
Lo que hace la diferencia entre el
asombro solo momentáneo que causa en algunas personas y el cambio de rumbo en
sus vidas que hace en otras personas, es el uso que cada una de ellas hace de
lo que lee, ve y/o escucha.
Lo que transforma un supuesto “aprendizaje”
en sabiduría, en poder personal es poner en práctica aquello que alguien supone
haber aprendido. Ya que solo hemos aprendido de verdad cuando hacemos uso de
ese aprendizaje. Llevar a la vida un aprendizaje de una sola página del libro
nos vuelve más poderosos que leer todo un libro completo sin hacer nada de lo
que el autor enseña.
¿Cambia en algo la salud de una
persona por el simple hecho de haber leído un libro sobre el tema? O en cambio,
¿cambia cuando la persona lograr seguir los consejos del autor? ¿Cambia porque
la persona sabe los efectos perjudiciales de llevar una vida sedentaria? 0
¿Cambia cuando la persona deja de estar solo frente a la computadora o el
televisor y comienza a hacer ejercicios?
¿Cambian nuestras relaciones cuando
leemos que las mismas se constituyen –en gran medida- por la calidad de nuestras
conversaciones? O ¿Cambian cuando trabajamos en mejorar la calidad de nuestras
conversaciones?
¿Me vuelvo más proactivo cuando
hago que las cosas sucedan en mi vida y cuando no dejo que las circunstancias o
el hacer de otros me determinen? O, ¿Alcanza conocer esos conceptos para que mi
vida cambie?
Cualquier aprendizaje, por pequeño
que sea, transforma nuestra vida cuando tenemos la capacidad y la perseverancia
de llevarlo a la práctica con esmero y constancia. Ahí entonces sabemos
realmente aquello que leímos o escuchamos. Es en ese momento en que transformamos
el saber en poder.
Te invito a que elijas un espacio en
el que tengas un supuesto “saber” pendiente para transformarlo en saber de
verdad. No importa cuánto tiempo ha pasado sin que acciones, ni cuánto tiempo
te lleve hacer tuyo ese aprendizaje, porque el hacerlo no solo te hará sentir
mejor contigo mismo sino que transformará como mínimo, un espacio de tu vida.
Muchas
gracias por leerme,
Un
abrazo
Cristina
Perrucci
Realmente hermoso en su contenido.Y muy verdadero,Gracias
ResponderEliminarMuchisimas gracias!!! Muy Amable, Un abrazo Cristina :)
EliminarGracias.
ResponderEliminarGracias!!! :) .) :)
ResponderEliminarExcelente reflexión. Es profundamente sabia, PERO la enorme mayoría lee sin que la idea le "llegue" a fondo. Por eso es fundamental aplicar implacablemente la LEY DE REPETICIÓN. Felicidades. Manuel Rodriguez www.superemonos.com.
ResponderEliminarManuel, muchisimas gracias por aportar! Un abrazo Cristina
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